Un candelabro durante la festividad de Hanuká en la sinagoga de Manama en Baréin
Después de la firma de los acuerdos de Abraham el pasado septiembre entre Israel y Emiratos Árabes Unidos y Baréin, las comunidades judías de los países del golfo han empezado a dejarse ver y a organizarse, y han formado la Asociación de Comunidades Judías del Golfo (AGJC, de sus siglas en inglés).
Esta agrupación trata de regular su vida religiosa en un entorno hasta ahora hostil y busca ser un punto de encuentro entre los fieles de los seis países del Consejo de Cooperación del Golfo, a pesar de que sólo dos de ellos han sellado el acuerdo con Israel de momento.
Actualmente, conecta a las comunidades de los seis países árabes de mayoría musulmana, pero su objetivo es organizar y supervisar la aplicación del judaísmo, desde una corte rabínica para toda la zona hasta la agencia de certificación de alimentos “kosher”.
“Realmente nuestro objetivo es ser capaces de facilitar a los judíos en los diferentes países la habilidad de practicar su religión de una forma adecuada”, explicó el presidente de la asociación, Ebrahim Dawood Nonoo.
Por ejemplo, hasta que se establezca la corte rabínica, cualquier asunto relacionado con la herencia o el matrimonio, entre otros, tiene que ser resuelto ante otras cortes religiosas fuera del golfo y luego ser reconocida por los tribunales civiles de esos países.
“Es importante que no perdamos nuestra habilidad religiosa”, afirmó Nonoo, destacando que la asociación y sus entidades asociadas van a ofrecer unos estándares para el presente y las próximas generaciones de judíos, por ejemplo en lo relativo a los alimentos kosher.
En el golfo las comunidades judías son reducidas y, después de la creación del estado de Israel en 1948, casi desaparecieron. Ahora empiezan a resurgir gracias a los acuerdos auspiciados por Estados Unidos, aunque la hostilidad hacia los judíos persiste en muchos casos debido al conflicto árabe-israelí.
Baréin es uno de los países que normalizó las relaciones con el Estado judío y en su capital, Manama, se espera la reapertura de la antigua sinagoga a finales de este mes. Antaño había unos 800 judíos pero después del 48 sólo quedaron pocas decenas, que cuentan con su propio cementerio.
Según Nonoo, el acuerdo de paz ha ayudado a los judíos a moverse más fácilmente y bajo el paraguas de la asociación buscan ayudarse mutuamente.
Sin embargo, no todos los miembros de la asociación son tan optimistas como su presidente y algunos prefieren mantener el anonimato y no hacer muestra de su religión en público.
“Creo que el golfo es un lugar estupendo para criar a los niños, pero no creo que sea un gran sitio para la llegada de los judíos porque se generaría resentimiento”, dijo un miembro de la asociación de forma anónima.
A pesar de la normalización a nivel diplomático, político y económico en los pasados meses, aún existe cierta hostilidad a pie de calle después de décadas en las que los judíos fueron asociados a los israelíes y calificados de “enemigos sionistas”. EFE